Monfragüe



Abril 2018

Track : Serradilla - Monfragüe

Hay zonas, regiones, que tienen su época del año. Épocas en las que el lugar es un paraíso. Me recuerdan, salvando las distancias, a esos desiertos que aparecen en los documentales que, cuando llueve, se convierten en vergeles. La zona del Monfragüe tiene una época de esplendor y otra de alivio. El Otoño es la época de alivio, cuando las temperaturas se suavizan y se dejan a atrás las temperaturas implacables, y si hay suerte y llueve, la zona reverdece. La primavera es la época de esplendor, cuando todo renace y ser renueva después del invierno estéril. Y lo hace a lo grande, con agua, flores, praderas infinitas que cubren la dehesa, con el ganado recién nacido disfrutando de los campos.

Y aquí entramos nosotros, dispuestos a aprovecharnos de esta época de esplendor y de la infraestructura que nos brinda la casa de mi madre en el pueblo de Serradilla. Nos cogemos los coches y las bicis nos plantamos allí dispuestos a hacernos dos etapas de cicloturismo del bueno.

El Viernes tarde lo dedicamos al viaje y a cenar en el bar de la piscina. Hay que probar las especialidades locales, sobre todo el morro, aquí a la plancha, bien regado con vinos de la región que empiezan a estar cuidados y algunos son muy buenos.

El Sábado, después de desayunarnos unos churritos y unas tostadas, iniciamos etapa en una mañana soleada, fresquita a esta hora. En las afueras del pueblo ya podemos apreciar el efecto de las lluvias tan abundantes de este mes de Abril. Las charcas a rebosar, la hierba cubriendo la dehesa con un verde intenso y manchas de flores blancas dando variedad el verde predominante; las encinas echando brotes nuevos y las rapaces y los carroñeros buscando alimento para sus nuevas crias; todo rebosa vida nueva.

Nos aproximamos al Tajo por una carretera en muy buen estado y escasísimo tráfico. Ya en su ribero cada curva es un mirador esplendido donde pararse y sacar una foto. El río va inmenso, todo el terreno chorrea agua que va a parar a este rio encajonado y retenido por varias presas arriba y abajo.

Superado el Tajo, la carretera llanea e incluso es favorable y va encajonada entre las vallas de las grandes dehesas y fincas particulares. Esto favorece la sensación de que solo unos pocos aprovechan y disfrutan toda esta riqueza.

Pronto llegamos a Torrejón el Rubio, donde hacemos parada técnica de botellines, y continuamos otra vez con terreno mayoritariamente favorable hasta el lugar mas emblemático del parque natural de Monfragüe. Invertimos un rato observando a los buitres sobrevolarnos y posarse en sus recien habitados nidos.  En Villarreal de San Carlos paramos para comer en los merenderos que hay allí, y reanudamos etapa hasta el camping de Palazuelo-Empalme. El terreno ya no es tan favorable, pero ni mucho menos duro. Hemos reservado un bungalow para los cuatro bastante práctico y dormimos estupendamente y para variar en cama.

El segundo día amanece nublado y lloviendo. Que gran contraste. Ayer tuvimos un día cálido y brillante y hoy uno fresco y húmedo. Con los chubasqueros puestos, iniciamos esta segunda etapa, muy cortita, de unos 22 kms, pero ahora, en vez de por carretera, por una pista en buenas condiciones que comunica Empalme con Serradilla.

Nos esta gustando esta segunda parte incluso más que la primera. La pista no va tan delimitada como la carretera por las fincas de alrededor y la lluvia es intermitente y no es abundante por lo que nos permite pedalear disfrutando del paisaje. Incluso introduce un cambio de color y sensaciones que nos hace pensar que estamos en otro sitio.

Ahora tendremos que superar dos sierras, por lo que el porcentaje va a endurecerse. Pero son dos sierras suaves y las rampas se superan en poco tiempo. Aquí el paisaje ha cambiado y hay mayoritariamente pino de repoblación. También la pista está en peor estado y Keko, que lleva una bici de carretera sufre un poco, no fisicamente, sino por el traqueteo.


Pronto coronamos la última cumbre y solo nos queda dejarnos caer hasta Serradilla de nuevo. Llegando al pueblo, la lluvia arrecia y nos hace pensar que todo nos ha salido bien en esta mini ruta.
Me hubiera gustado acercarme hasta la garganta del Fraile, a unos 3 kms del pueblo. Seguro que la cascada que hay allí esta en su apogeo, pero la lluvia ya nos lo impide.

Tapeamos en el bar Casino de la Plaza otra vez morro pero esta vez guisado, casi mejor que a la plancha y comemos de nuevo en el bar de la piscina unas fantásticas hamburguesas que nada tienen que envidiar a algunos sitios gourmet de  Madrid.

La vuelta a Madrid siempre es peor que la ida, mas pesada y aburrida. Ya no hay expectativas de grandes experiencias sino vuelta a la rutina.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Francia - Cancion de bici y fuego (Recorrido por los rios Lot y Dordogne)

León - Pontevedra

Alpujarras